Misiones, Argentina 02/03/2021

Celebrando el Día Mundial de la Vida Silvestre

Este 3 de marzo, se festeja por séptima vez el Día Mundial de la Vida Silvestre, fecha declarada como tal por la Asamblea General de las Naciones Unidas en conmemoración de la aprobación en el año 1973, de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.

Este año el tema es "Los bosques y los medios de subsistencia: sustentar a las personas y preservar el planeta", haciendo alusión al vínculo entre los bosques y su estado de conservación y la supervivencia de las personas que dependen de ellos (https://www.un.org/es/observances/world-wildlife-day). El impacto del deterioro que el hombre ha provocado a los bosques y sus procesos naturales, afecta directamente a todos los habitantes de la tierra, no sólo a las personas que directamente se relacionan con ellos. Parte de este impacto lo vivimos todos los seres humanos a partir de la pandemia de COVID-19, que hace más de un año aqueja al planeta.

Los bosques aportan a la regulación del clima del mundo , al captar CO2, uno de los gases del efecto invernadero; regulan el régimen hídrico y los ciclos de otros elementos como el carbono, nitrógeno y fósforo, permitiendo que se den ciertos procesos naturales vitales para todo ser vivo; permiten la existencia de diversidad de especies que dan estabilidad a ecosistemas y procesos evolutivos; y brindan bienestar y salud al ser humano, entre otros valores.
En el mundo, los bosques cubren casi una tercera parte de la superficie terrestre y en Argentina, los bosques nativos cubren un 19% de la superficie del país (53.299.728 hectáreas; MAyDS, 2020).

En Misiones, el bosque nativo cubre actualmente un 54% de su superficie (1.612.558 hectáreas), de la cual un 14% son áreas naturales protegidas o áreas en las cuales no se permite una modificación del hábitat. El resto son áreas en donde se permiten usos extractivos regulados por la normativa vigente.
Desde hace 15 años, Fundación Temaikèn trabaja en la conservación de los bosques, selvas y pastizales en el sur de Misiones. Esta zona encierra porciones de la ecorregión de “Selva Paranaense o Bosque Atlántico” y de “Campos y Malezales”, que con un 0,7% de la superficie nacional, posee cerca de un 40% de las especies de Argentina (Giraudo et al., 2003). Por otra parte, sólo un 1,37% de su superficie está protegida dentro de un sistema nacional o provincial de áreas protegidas.

A partir de la gestión de un área protegida propia, la Reserva Natural Osununú (de 168 ha.), en San Ignacio, nos propusimos desde el año 2005, un trabajo en territorio basado en los siguientes ejes:

-La investigación

-La planificación

-La gestión eficiente

-La educación ambiental

-El ordenamiento territorial

-La integración con otros actores

Este esquema de trabajo es el que también aplicamos desde el año 2017, trabajando junto a la Entidad Binacional Yacyretá, en la conservación de la Reserva Natural Urutaú, un área de 1200 ha. en la desembocadura del Arroyo Garupá, en Candelaria.

Partiendo de la premisa de que “lo que no se conoce no puede conservarse” hacemos énfasis en optimizar nuestros recursos para generar ese conocimiento junto a profesionales y Universidades locales. Así se pudo descubrir especies vegetales nuevas para la ciencia, relevar y mapear poblaciones de especies vegetales endémicas (únicas en el mundo) y otras únicas para Argentina; nos pudimos sorprender con la altísima diversidad biológica florística y de vertebrados en estas 1200 ha. de la Reserva Natural Urutaú, que generó publicaciones científicas y permitió incluirla, junto con la Reserva Natural Osununú, dentro de las 20 áreas claves de Misiones, en una propuesta de categorización internacional liderada por Birdlife y UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y localmente por Aves Argentinas.
Con la información generada en las áreas protegidas, elaboramos una planificación de lo que es necesario realizar en ellas para su conservación y lo plasmamos en Planes de Gestión, que son instrumentos rectores o “master planes” de acciones a 5 años. Y luego evaluamos periódicamente esa gestión utilizando metodologías estandarizadas de evaluación de la efectividad de manejo o gestión.

De nada sirve conservar un área si no se trabaja en el entorno, sino se involucra y trabaja mano a mano con la gente que la rodea y que se relaciona con ella. Es por esto que desde el inicio, contemplamos un trabajo con la comunidad, con sus actores, como los gobiernos locales y provinciales, propietarios vecinos, escuelas, comunidades guaraníes y rurales, empresas.

Desarrollamos un programa de “multiplicadores ambientales” con los docentes como los actores principales, en donde se acompañan proyectos ambientales escolares y comunitarios, concluyendo en un evento de socialización al que llamamos “Peña Ambiental” que es de carácter público y en el que participa el gobierno local como anfitrión dándole participación a empresas locales, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.

En la zona del Teyú Cuaré, en San Ignacio, nos propusimos impulsar un corredor biológico que permita la conservación de una mayor diversidad de especies y ecosistemas y contribuya con un paisaje en donde las actividades sean compatibles con la conservación de los valores naturales, culturales, históricos y paisajísticos únicos que encierra esta área a la vera del río Paraná, proponiéndonos como objetivo, contribuir a una mejor calidad de vida de sus habitantes. En este sentido, nuestro trabajo se enfocó en el fortalecimiento de las áreas protegidas existentes y generar nuevas áreas protegidas en tierras privadas. Trabajamos junto al Ministerio de Ecología y RNR, que administra el Parque Provincial Teyú Cuaré, junto al Club de Río, emprendimiento privado que ha incorporado parte de su superficie dentro de la Red Argentina de Reservas Naturales Privadas, a la que pertenece también Osununú y Fundación Temaikèn; pudimos colaborar junto a Fundación Hábitat y Desarrollo en la adquisición de un área de alto valor de conservación con especies endémicas para convertirla en Reserva Natural; generar junto a dos comunidades guaraníes proyectos de ecoturismo comunitario y trabajar con el Municipio de San Ignacio y otros actores en un ordenamiento territorial de la zona a través de una Ruta Escénica, que potencie su valor ecoturístico.

Creemos que el ser humano necesita vincularse más con los espacios naturales. Que pueda tener experiencias vivenciales que les permitan inspirarse y sentir la necesidad de cuidarlos para poder tener salud y bienestar. Las áreas naturales protegidas deben cumplir esa función y es nuestra misión seguir trabajando para ello, para mostrar que es posible vivir en un ambiente en donde se respete y valore el vínculo del hombre con sus bosques, con su naturaleza de la cual forma parte de manera indisoluble.

                           

Citas
Giraudo, A.R.; H. Povedano; M.J. Belgrano; E. Krauczuk; U. Pardiñas; A. Miquelarena; D. Ligier; D. Baldo & M. Castelino. 2003. Biodiversity of the Interior Atlantic Forest of Argentina. Cap. 15: 160–180. En: Galindo-Leal, C. and I. G. Câmara. Mata Atlântica: biodiversidade, ameaças e perspectivas. São Paulo: Fundação SOS Mata Atlântica —Belo Horizonte : Conservação Internacional. 472 pp.
Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, 2020. Informe de estado de implementación. Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos y planes alcanzados por el Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos-Ley n.° 26331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos.
Naciones Unidas, 2020. Día Mundial de la Vida Silvestre. https://www.un.org/es/observances/world-wildlife-day

Multimedia


¡Suscribite para conocernos, saber cómo trabajamos y lo que podés hacer junto a nosotros!